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| Edita Fernández Directora Nacional del Trabajo Infantil(ASI) |
Desde la Alianza Sindical Independiente (ASI) nos unimos a la lucha mundial en contra del trabajo infantil
En Venezuela, resulta “normal” para la mayoría de nosotros ver niños niñas y adolescentes pidiendo dinero, vendiendo flores u objetos, trabajando la tierra, limpiando vidrios de vehículos en los semáforos, y de una forma u otra pasa desapercibido. Esas son formas de trabajo infantil, las cuales estamos permitiendo con nuestra aceptación silente. Muchos de estos niños trabajan hasta altas horas de la noche, y/o a la intemperie bajo mucho peligro, y nosotros conmovidos con sus caritas “colaboramos” con ellos comprando o dándoles dinero. Generalmente detrás de esos niños hay adultos inescrupulosos a quienes les tienen que entregar lo que han ganado, a costa de su educación, salud y hasta de su dignidad de ser humano.
En las mas recientes declaraciones del Papa Francisco hace un llamamiento contra “la explotación de los niños en el trabajo doméstico”, un “fenómeno lamentable en constante aumento”, sobre todo en los países pobres, que afecta en particular a las niñas. Continua el Papa expresando: “Hay millones de menores, en su mayoría niñas pequeñas, que son víctimas de esta forma oculta de explotación que con frecuencia incluye abusos sexuales, malos tratos y discriminaciones”, y espera que la comunidad internacional pueda tomar medidas eficaces ante esta situación.
Desde la Alianza Sindical
Independiente, nos unimos a los deseos de Pontífice, y a la campaña mundial de
la Organización Internacional del Trabajo para que todos digamos NO AL TRABAJO
INFANTIL.
Nuestros niños merecen vivir la
vida de niños, con educación, juegos, deportes y mucho amor. Debemos luchar
porque cualquier forma de trabajo infantil no siga pasando pase de lo “común a
la normalidad”. NO DEBE EXISTIR NINGUNA FORMA DE TRABAJO INFANTIL. Todos los niños
del mundo merecen el abrigo, amor y respeto de la humanidad. Desde ASI expresamos de forma
contundente a todos nuestros afiliados,
amigos y público en general; en que la única prioridad de nuestros niños niñas
y adolescentes, debe ser la educación y
no los trabajos que nos corresponde a los adultos.
Edita Fernández Directora
Nacional del Trabajo Infantil
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